jueves, 3 de septiembre de 2009

Nigeria

Como si de una consigna del Ministerio de Turismo se tratara para no frustrar las expectativas del turista, la entrada en Nigeria fue acompañada con una leve petición de soborno ("Have you something for us? Kola!"), y un buen lío entre varios funcionarios de inmigración en relación a nuestros pasaportes, con acusaciones entre ellos de petición de soborno.


(Por cierto, "Kola" es un eufemismo de soborno. Viene de las nueces de kola, un fruto que nos recuerda por su sabor amargo a las castañas pilongas, pero muy apreciado en África occidental por sus ligeras propiedades alucinógenas y que se utiliza habitualmente como regalo o soborno.)

Y después más. En los 80km que separan la frontera de Benin con Lagos, sufrimos 25-30 controles policiales y de aduanas, algo que debe de ser habitual para que nadie entre mercancía sin declarar en el país.

Por seguir con el asunto de los sobornos, en las carreteras entre las ciudades la policía para al transporte público para exigir su dinero; poco cada vez, (unos 20-50N o 0,10-0,25€ a cada), pero en un tramo de 200Km puede haber 30-40 controles de policía, ejército, patrulla de carreteras..., todos quieren su parte. Funciona como sigue: se aposta un poli en mitad de la carretera con, además de su preceptiva arma, una barra, palo de golf o similar, (para romperle la luna a aquel que se escape), hace un característico gesto al que se acerca, y el conductor le suelta la guita casi en marcha. Hay conductores que aguantan un poco más (o se hacen los simpáticos) y no pagan; también hemos comprobado que yendo nosotros junto al conductor, parece que el poli se corta más (mala imagen del pais ante los turistas) y no pide la coima.
La llegada a Lagos intimida un poco: es un paisaje urbano de 18 millones de almas (la ciudad más grande de África) típicamente tercermundista, hormigón hasta donde llega la vista, carreteras tipo "scalextric", chabolas con techos de hojalata, edificios y más edificios, buses, coches y motos conduciendo con espíritu de rally asesino/suicida, polución y basura. Y, entre los vehículos cascajo, el parkinson de los conductores sobre las bocinas, los vendedores gritando o con sus ruidos caracteristicos (el que arregla zapatos choca dos trozos de madera; el que vende helados toca una bocina como de bicicleta antigua; etc.) y las atronadoras tiendas de música, mucho, mucho, pero que mucho ruido. Como aditivo folclórico a este paisaje bucólico-pastoril, los "area boys", jovenes miembros de la mafia local, exigían palo en ristre (como los polis de carretera, si es que son todos iguales) a los danfos (minibuses) que sufrían el mismo atasco que nosotros, el pago de sus cuotas (e iban marcando con una señal los que habían pagado).

El hotel en que nos alojamos no ayudó precisamente a levantarnos el ánimo: a pesar de los 20€/noche (más de lo que hemos pagado en la mayoría de los sitios hasta la fecha), sin luz ni agua corrientes, pero sí con alguna cuca..., aunque por lo menos el hotel está en el centro. (Parece que en Lagos no hay oferta hotelera media: o 20€ o 350US$).

Toda esta desagradable sensación de las primeras horas en el país desapareció al pasearnos por el barrio cercano al hotel, barrio popular, superpoblado y caótico, de los que no recibe muchos turistas, y cuyas gentes nos saludaban simpáticas (es decir, sin buscar vendernos nada) al pasar. Seguramente preguntándose que hacían estos dos subnormales blancos por ahí...

Y es que es esta esquizofrenia de violencia y amistosa bienvenida, una especie de Dr. Jeckil y Mr. Hyde urbano, lo que hacen de Lagos una ciudad especial. Desde luego, no tiene apenas atracciones turísticas. Lo más destacable sería su geografía (Lagos es un conjunto de islas, ríos y lagos, de ahí el nombre con que le bautizaron los portugueses), sus mercados y su Museo Nacional, este último con una excelente y bien explicada colección de objetos tradicionales, bronces de Benin City, terracotas de Nok; es una pena que haya que verla medio a oscuras, por falta de electricidad.

Efectivamente, aunque Nigeria es un gran productor de petróleo, es un pobre generador de energía, y todo el que puede (claramente nuestro hotel no podía) se las tiene que arreglar con generadores, sean de los caseros pequeñajos o los monstruosos de los bancos, lo cual aumenta la polución ambiental y sonora de la ya de por sí muy polucionada ciudad. Curiosamente, Nigeria también importa gasolina, aunque ésta está subvencionada: la gasolina cuesta 65Nairas/litro (unos 0,3€) y el gasóleo 110N/l (unos 0,5€), precios de los que también se benefician las ciudades fronterizas de los países vecinos. Algún intento de retirar las subvenciones de los combustibles ha resultado en pequeñas revoluciones callejeras.

El transporte siempre está lleno de anécdotas: antes de comenzar un viaje en bus siempre aparece un predicador, que exhorta a los pasajeros a orar con él. Conociendo el percal de cómo se conduce aquí, casi podría ser una extrema unción, pero por suerte son más optimistas.

Mención especial merecen las okada (moto-taxis) que van como auténticos kamikazes entre coches, con el manillar recortado o doblado hasta colocarlo vertical para así poder sortear los coches sin problemas. En bastantes ocasiones, conducen en dirección contraria, como aquella vez en Onisha, de paquete en una moto en dirección contraria, y en la dirección correcta cuatro vehículos (uno de ellos un camión) en sólo dos carriles..., no sé como, pero pasamos. Si ello no es suficientemente difícil, pensad que a veces van hasta cuatro pasajeros encima de la moto...

Volviendo al asunto del crimen por lo que tan conocido es Lagos en particular y Nigeria en general, parece que, a pesar de todo lo que os contamos, la situación ha mejorado sensiblemente con la elección de Babatunde Fashola como gobernador de Lagos en 2007, quien ha impuesto mano dura (parece que brutalmente dura) contra el crimen local. Por lo que hemos leído, la gente ha participado dispensando justicia a los ladrones, algunas veces con "collares" de neumáticos en llamas.

También ha ayudado a la reducción de robos la aparición de los cajeros automáticos: antes había que funcionar con efectivo y, dado que todavía muy pocos establecimientos admiten tarjetas de crédito, todo turista se paseaba con abultados fajos de billetes en sus carteras.

Sin embargo y a pesar de esta mejora, en todo Nigeria sigue dándose fraude (tipificado en su código penal como crimen "419"). Todos hemos recibido algún e-mail (o algunos cientos de ellos) en el que un "amistoso y desprendido" nigeriano nos invita graciosamente a depositar un dinero en un banco a cambio de pingües beneficios para nosotros. Pues parece que la gente todavia pica... Por otro lado, dentro del mismo Nigeria es habitual encontrarse con carteles en casas o locales que rezan "Esta casa NO está en venta. Atento al 419"; si es que estos timadores venden lo suyo y lo que no lo es...

Pero es que el fraude llega a todos los niveles: acaban de descubrir que 16 jugadores de la selección de fútbol sub-17 de Nigeria..., tienen más de 17 años. Genial.

Godwin, un CSO (Chief Security Officer) de un hotel en la (tambien bucolica y pastoril, ejem, ejem) Onisha entre otros trabajos, nos comentaba cómo el gobernador de esta ciudad no confiaba en la policía (por corrupta y por no ser de la ciudad y, por tanto, no conocer el who-is-who de esta) y les había encomendado a él y a sus 80 secuaces la formación de una policía paralela. Ésta mataba (a cuchillo) directamente a los criminales que iba deteniendo, porque, según Godwin, si se los entregaba a la policía, esta los soltaba al momento... Con que un 10% de lo que nos contó fuera cierto, ya era bastante para echar a correr.

Lo triste de todo ello es que se calcula que unos US$352 millardos han desaparecido en Nigeria durante los últimos 30 años, cuatro veces el valor de toda la ayuda recibida en todo África durante los últimos 40 años.

Nigeria también sufre a la guerrilla separatista de la zona petrolífera del delta del Niger, que se queja, con parece que bastante motivo, de que los beneficios del petróleo no llegan al pueblo. La guerrilla se dedica a, entre otras cosas, secuestrar a expatriados occientales que trabajan para compañías petroleras, aunque parece que cualquier blanco es potencialmente secuestrable. Una americana que trabaja en una ONG (la de los monos de la que hablamos mas abajo) viajaba hace un par de semanas en una lancha cerca del Delta; la lancha fue abordada por separatistas. Se temían lo peor, pero "sólo" les robaron. En fin, que por el Delta no vamos a pasearnos...
Y hablando de separatistas, hay un conflicto todavía latente en Nigeria (otro más). Los lectores de más edad seguro que han oído hablar de Biafra, sobre todo al recibir de niños alguna reprimenda materna por no terminarse la comida. La guerra de independencia que la región de Biafra (en el sureste del país, poblada sobre todo por Igbos o Ibos) mantuvo entre 1967 y 1970 con el resto de Nigeria (Yorubas del suroeste y Hausas del norte..., simplificando, pues hay más de 400 etnias en el pais) terminó con un desastre humanitario de 1 millón de muertos, casi todos en Biafra y por hambruna. Una política de "ni vencedores ni vencidos", e incluso un cambio en la capital (de Lagos pasó a Abuja, una Brasilia nigeriana en una zona neutral), no ha conseguido, por lo que hemos podido hablar, los ánimos independentistas de los igbos, que siguen considerándose de Biafra y no de Nigeria. Por lo menos, su postura es pacifica.


A pesar de esta imagen apocalíptica del país, la gente es agradable, genuinamente agradable y hospitalaria (seguramente porque reciben muy poco turismo occidental), por las calles no hay sensacion de peligro y, en fin, el pais tiene muchas cosas para ver y visitar.

De hecho, mucho peor que el fraude, la corrupción y el crimen..., es su gastronomía. Absolutamente criminal. Nosotros seguimos con la dieta de arroz (en sus diferentes formas de preparación: blanco, frito, con coco y jollof) y pollo o pescado, pero de vez en cuando nos atrevemos con otros platos locales, que en general pican como demonios. Mientras escribo estas líneas nos estamos comiendo una sopa de pescado con patatas a la (mucha y muy picante) pimienta, tan picante que ríete tú de mexicanos, thais o indios. De hecho, estoy seguro que esta sopa es la base del napalm. Otras delicias locales incluyen caracoles (no nuestros monos y pequeños caracoles, sino unos de aprox. 15cm), cabeza de cabra (enterita), intestinos y tripas varias, pieles de vaca..., todo en salsas muy picantes. No muy diferente a algunas exquisiteces españolas, dirá alguno, pero su presentación es muy poco atractiva. Y, lo peor, de acompañamiento se come gari, fufu o semovita, una bola de una especie de pasta blanquecina -hecha de ñame, yuca, mandioca o similar-, densa, espesa, absolutamente intragable tanto por su textura como por su sabor. Se come, como ya hemos comentado en otras ocasiones, con la mano derecha, arrancando un trozo de la infecta y desagradable pelota, se manosea un poco para hacer una bola de ella y se mete en la "sopa". Sopa que no es tal cosa, porque de líquida no tiene nada, más bien suele ser un mejunje desagradablemente gelatinoso (blandiblub se llamaba?), que aunque la pidas de vegetales o de okra, siempre tiene carne y trozos de pescado (así que ni siquiera te la puedes comer con tranquilidad, pues siempre hay espinas). Como la densidad de la bola es mayor que la de una estrella enana, el objeto de meterla en la sopa no es para que se empape, sino para hacer de cuchara..., mientras de todas formas te pringas las manos.
Pero ahí no termina la cosa. Aunque nos gusta probar de todo, para el desayuno somos unos clasicones, así que un café, té o chocolate tiene que caer (por cierto, que un "té" incluye café, té o chocolate; si lo que quieres es un té, hay que pedir té Lipton). Pues va a ser que no: el desayuno nigeriano es un plato de arroz picantillo con carne. Yuhaa!

Volvamos a la parte turistica. En Oshogbo visitamos el bosque sagrado de Osun, patrimonio de la humanidad. Un bosque precioso dedicado a la diosa yoruba Osun y lleno de estatuas (algunas de ellas parecen de personajes recien venidos de Saturno) y algún templo. Después nos acercamos al palacio del oba (rey) local, en donde una mujer en un templete dentro del recinto debió de intuir nuestra vida licenciosa y pecaminosa (y, erroneamente, gruesa billetera) y rezó por nosotros, canturreando no-sé-qué palabras mágicas al son de una especie de cencerros que agitaba sobre nuestras sorprendidas cabezas. Espero que nuestras almas esten salvadas.


Y hablando de reyes, Benin City (no confundirlo con el país Benin) fue el centro de uno de los grandes imperios africanos. Hoy todavía tiene su monarca, en cuya corte pasamos unas horas.

Erediauwa (centro de paz), lleva 30 años como rey de los bini. Parece que realiza sobre todo labores de mediador (en asuntos sobre propiedades, divorcios, etc., no cuestiones criminales), y sus sentencias son definitivas cuando es aceptada por ambas partes.


Mientras esperabamos el permiso para visitar el palacio pudimos observar la fauna local y comprobar cómo en el mejor estilo feudal, todos los súbditos esperan durante horas para la audiencia real. A diferencia de nuestra penosa apariencia -de mochileros tras unos meses por estos lares-, los visitantes vestían en general sus mejores galas, ropajes tradicionales cada cual más llamativo, algunos parecian obispos floreados, sus trajes llenos de adornos y de lentejuelas. La gente se arrodilla ante el tribunal real, aunque la sentencia debe ser elevada al monarca para que sea definitiva. Los hombres del tribunal se dejan pelo en el frontal y se afeitan el resto de la cabeza (creo que el futbolista Ronaldo tenía algo parecido). La "guardia real", sin embargo, está formada por un grupo de ancianos, con uniformes sucios, raídos, varias tallas demasiado grandes, cuellos de camisa destrozados. Por último, en las oficinas, los funcionarios dormitan o ven la tele sin ningún rubor.

Benin City es conocido además por sus esculturas de bronce (latón en realidad). Durante la época colonial, los de Benin asesinaron al cónsul británico, cuyo ejercito, en represalia, tomó la ciudad y la expolió. Entre otras cosas, se llevó un montón de estatuillas de bronce, que subastó en Londres para pagar los gastos de la campaña militar. Como no hay mal que por bien no venga, este expolio sirvió para poner en el mapa el arte africano, hasta entonces desconocido, o considerado poco más que artesanía.

Pasamos un par de días en el "Drill Ranch - Afi mountain wildlife sanctuary" (www.pandrillus.org). Como ocurre en tantos otros lugares de África, los indígenas cazan todo lo que se mueve, sobre todo si, como en este caso, la "bushmeat" de primates se paga bien en los restaurantes (por cierto, eso de que las culturas indígenas cuidan la naturaleza y el medio ambiente es una leyenda). Así que esta ONG americana se encarga de recoger huérfanos de driles (parecidos a los mandriles) y chimpancés para ayudarlos a crecer y posteriormente y si se puede, liberarlos. Los conocimos primero en Calabar y después fuimos al rancho que tienen en mitad de la selva, en un lugar cercano a la frontera con Camerún. Una maravilla: cuatro cabañas, separadas entre sí, rodeadas de selva. Las paredes de las cabañas son de mosquitera metálica semi-transparente, de tal forma que desde la cama sólo ves selva. Un buen grupo de driles dormían en un enorme árbol a pocos metros frente a nuestra cabaña. Por la mañana, vas a dar de comer a los animales. Un espectáculo.

Probablemente nos entendíamos mejor con nuestro pobre francés en Togo o Mali que con inglés en Nigeria. A diferencia de Ghana, en donde se habla un inglés bastante estándar, en Nigeria, bien hablan pidgin, bien hablan inglés con un acento ininteligible (tanto que a veces no sabemos qué idioma hablan). No ayuda tampoco que a una pregunta negativa la respuesta de confirmación sea positiva: "No tienes esto?" "Sí" (sí que no tiene, no sí que sí tiene..., tiene su lógica, pero al principio confunde). El caso es que la comunicación no es todo lo fluída que podríamos esperar (aunque con el tiempo va mejorando).

De camino hacia el norte, vemos una Nigeria diferente, tan diferente que si no fuera por el colonialismo, probablemente sería otro país. Ascendemos y dejamos la selva atrás, hace más fresquito (para estándares nigerianos, desde luego no tanto como para un plumífero y un gorro de lana, como llevan bastantes moto-taxis de Jos), vemos más ganado vacuno en los campos, atendido por fulanis, la gente es diferente y viste de otra manera, habla mucho menos inglés, niños mendigos y ciegos con lazarillo por doquier, mezquitas y musulmanes abundan. Estamos además en pleno Ramadán y al cruzar con el minibús una ciudad durante el rezo del mediodía, el tráfico está detenido, la carretera literalmente tomada por miles y miles de píos oradores, practicando su particular "tabla de gimnasia" (como la llamaba un musulmán que conocimos en Mauritania) de arrodillarse y levantarse unas cuantas veces, cada cual sobre su pequeña alfombra.

Por cierto, a falta de un estudio serio, nos da la impresión de que en el mundo musulmán hay muchos más mendigos que en el cristiano (hablando siempre de África, claro). Desde luego en Nigeria el contraste es patente. Nuestra no muy meditada explicación (pues estamos de vacaciones, a ver qué os habéis pensado) es, por un lado, la institucionalización de la mendicidad en el Islam (dar limosna es uno de los cinco preceptos) y, por otro, el menor desarrollo de las economías mayoritariamente musulmanas en esta región. Si alguien quiere aportar...
Nuestra entrada al norte es por Jos, una ciudad agradable pero sin más. Nos sirvió para lavar ropa (peste) y proveernos de lectura en sus muchas librerías (unas cuantas aceptan el intercambio de libros). Estamos disfrutando con autores nigerianos como Ben Okri, Buchi Echemeta, Wole Soyinka, Chimamanda Ngozi Adichie o Chinua Achebe.
Y de Jos al parque nacional de Yankari. Nos os voy a aburrir con las habituales referencias a los preciosos paisajes, babuinos, facoceros y antílopes correteando alegres y juguetones por los jardines del hotel, elefantes, búfalos, etc. Pero sí me vais a permitir, aprovechando que muchos de vosotros habéis vuelto al trabajo y estáis con el síndrome posvacacional, que me detenga un poco en la descripción de unas piscinas naturales que se encuentran a pocos metros del hotel: aguas transparentes y al mismo tiempo de un azul intenso, constantemente a 31ºC, rodeadas de exhuberante naturaleza..., y solos. El paraíso.

Es duro eso de volver al trabajo, eh?

Bauchi es un poco como Jos, no gran cosa para ver, pero como por eso mismo no han visto un occidental ni en pintura, la gente saluda, habla contigo, los niños te siguen
(horror!), los mercados son auténticos, los vendedores no son agresivos. Es un enclave musulmán (se aplica la sharia), pero tiene unas congregaciones cristianas muy activas, con unos nombres geniales, como "Mountain of fire and miracle".

En Zaria visitamos el palacio del Emir. Antes tenia una reina que, cual mantis religiosa, se cargaba a todo aquel con quien se acostaba. El encargado nos aseguro que se habia cepillado (termino ambivalente) a 35 heroes/locos.

Hoy, ya en Kano, el simpatico y dicharachero muhecin nos ha despertado ni mas ni menos a\que a las 4.50 de la manhana, con su tonante voz anunciando a los cuatro vientos que Ala es el unico y el mas grande. Es una lastima que ya no sea politicamente correcto hablar de santas cruzadas para terminar con el moro y sin embargo tengamos que querernos todos mucho y hablar de alianzas de civilizaciones. Pero es que a las 4.50... Vosotros nos entendeis.

Seguimos en Nigeria, con idea de cruzar a Camerun por el norte dentro de un par de dias. Ya os contaremos.

Un abrazo

5 comentarios:

  1. llevaba dias sin leer "aqui tan agustito", que los demás tambien tenemos vacaciones, eso si vacaciones estandar claro , y me lehido de golpe Burkina faso, Ghana y Nigeria asi que como os podeis imaginar se me esta quedando una cara de galapago mirando la pantalla que te pasas. Eso si tengo que decir que la lectura es muy entretenida, sigue asi Hugo. A veces pasas envidia( paraisos de aguas turquesas) otras te compadeces ( gastronomia en general ) y y otras te ries (analisis ironicos del writer) , lo que no se como haces para enterarte de la idiosincrasia ( toma palabrita) de todo los lugares que visitais, tiras de wikipedia o es que sabes más que Jordi Hurtado ( saber y ganar ) y Constantino Romero ( no necesita reseña, no? )juntos. A la vuelta te puedes presentar en cualquier concurso de la tele, estoy seguro que arrasas. No te quejaras en pocos mensajes y a te he buscado varios curros poco comvencionales, de poco curro y mucho dividendo. Escritor, concursante,..... nad que ver con eso de la asesoria y marketings y yo que se que, que hacias antes.
    Bueno un abrazo enorme, aqui estoy otra vez despues de mis vacaciones para seguir enchufado a " aqui tan...."
    Igor.
    Saludos de Nat.

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  2. ME ENCANTA LEER "AQUÍ TAN .." NO ACABO DE CREERME
    QUE ESTEIS POR AHÍ DANZANDO(TÉRMINO COLOQUIAL NO TRIBAL)DE UN LADO PARA EL OTRO.LA VERDAD ES QUE CON TODA LA DOCUMENTACIÓN PODRIAIS HACER UN BEST SELLER (PARA HACER ASIA EL AÑO QUE VIENE...)
    CUANDO LLEGUEIS A MADAGASCAR YA OS PODEIS FORRAR A LANGOSTINOS QUE DENTRO DE POCO NO VAIS A TENER NI SOMBRA (A JUZGAR POR LAS FOTOS).UN ABRAZO.ALBERTO Y LOU

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  3. Hola hugo y compañía. Es laprimera vez que entro en vuestro blog...y estoy flipando !! Una vez más siento envidia de aqeullos que dejan toda la comodidad para embarcarse en aventuras siempre enriquecedoras y que quedan para siempre, En los paises nórdicos, el estado prácticamente obliga a otmarte un año sabático para ir a conocer mundo antes de atarte a obligaciones que mencionas como hipotecas, hijos....... Pura envidia es lo que siento y voy a empaparme de todo el blog para soñar que tambien estoy en esos sitios. Besos y cuidaros........

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  4. HUGO, ESTÁS MUY DELGADO !!!! CUIDATE !!!!!!!!

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  5. Hola, he investigado algo sobre la mendicida y , además de lo que ya comentáis, he encontrado un artículo de la Agencia EFE, que voy a copiarlo como sale (más corto). Creo que, por la zona de la que habla,aunque no cita a Nigeria, puede ser la razón de que veáis tanto mendigo. Besos. Bel
    Entre los taxis en doble fila, las mujeres que venden mangos en la calle y los hombres que rezan hacia la meca, los niños talibés mendigan cada día por las calles de Dakar bajo la tutela de un marabout, profesor del Islam, que a cambio les deberán enseñar el Corán y proporcionales alojamiento y manutención.
    Los niños, con una media de edad de 14 años, que proceden de las regiones más pobres de Senegal o de países fronterizos como Malí, Guinea Bissau o Gambia, mendigan en pequeños grupos y están obligados a entregar a su marabout 400 CFA al día (60 céntimos de euro), según un informe publicado por la ONG "Village Pilote".
    Sin embargo, muchos de los niños, que a menudo visten ropas rasgadas y andan descalzos, no aprenden el Corán, según declaran los representantes de organizaciones no gubernamentales, y muy rara vez consiguen una enseñanza adecuada que les permita acceder a algún trabajo cuando sean adultos.
    La actividad principal de los talibés es mendigar, a lo que dedican 10 horas diarias, mientras que el 30 por ciento del tiempo restante lo dedican a la memorización del Corán, según una encuesta realizada por UNICEF y la Dirección de Acción Social (DAS).
    En Dakar hay más de 8.000 niños que caminan por la ciudad y piden dinero para satisfacer la cuota diaria establecida por sus marabouts, indica un estudio llevado conjuntamente por UNICEF y el Banco Mundial, aunque otras encuestas hablan de más de 50.000 niños. Belén Rodríeguez/Efe

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