Bueno, un poco de seriedad. Nos despedimos de Camerún con pena..., y con un último intento de soborno policial: "todos los turistas que pasan por aquí pagan 2.000CFA (3€) cada uno"; "¿por qué?"; "a los turistas no se les permite preguntar por qué" "etc." Pero, firmes ante la insidiosa corrupción que asola la región :-), no pagamos. A los polis de esta parte del mundo se les conoce como los "mange-mille", aunque el susodicho era un auténtico "come-dosmiles".
En cuanto a Gabón, nos habían comentado que en este país los polis eran más corruptos y que en todos los puestos policiales de carretera pedían pasta, pero hasta ahora, na de na (a nosotros, que a otros compañeros de viaje ya hemos visto soltar la mosca). Y que siga.
Cruzamos la frontera de Camerún a Gabón por Kye-Ossi, que también comparte frontera con Guinea Ecuatorial, así que por ahí pululaban gentes de color (de color negro) hispanoparlantes. Una sensación un poco rara, como cuando en una peli de indios y vaqueros en la ETB, Toro Sentado habla en euskera. En fin, una pena no haber podido cruzar a Guinea Ecuatorial por los malditos visados.